y en el piso...traza uno de mis espejos un circulo poco definido con una pieza de tiza,
suficiente para protegerles de las palabras y el ambiente frió que en la habitación impera,
fantasmas y siluetas... murmuros de recuerdo.
Solo ahí dentro, (en el circulo) sus palabras rebotan a los costados... repitiéndose constantemente simulando un eco, que inevitablemente acumulan fortaleza para respaldar y decirle...
Lo que has dicho es verdad.
Atrae en instantes al espejo mas pequeño... con su infaltable cajita de secretos, entrando y saliendo del circulo, colocando juguetes fuera y dentro, pues para ella todo... solo es mas que un juego.
Sigue trepando y dando vuelta, sonriendo y llorando en inocentes rabietas.
Abro mis ojos y pienso que su mundo es de lo mas cuerdo... pues que mundo debe existir?
Si no aquel que en que todos te besan y acarician sin desdeños.
Vuelvo a cerrar mis ojos
Y le miro nuevamente en el mal trazado circulo abrazando al espejo mas pequeño, exhausto de los juegos sujetando la cajita de secretos...
Con los ojos bien abiertos recordando mis palabras... Las princesas no mienten... mi voz en himnos, poemas y versos.
Hasta que por fin ambas duermen en posición fetal espejo tras espejo...
Abro mis ojos acompañado de un inhalar de oxigeno recortado sin lograr su cometido y vuelvo a cerrarlos para contemplarlas.
Despierta la mas pequeña de repente de un salto mirando a todos lados con lagrimas enormes, gritos y pataleos...despierta su hermana y en seguida le entrega su caja de secretos...
Con ojos entre abiertos. semidormida la toma tranquila la abre y dice:
Te quiero mucho Papa...
...Y se derrumba todo...en mi pecho,
dudando si aun y a futuro debería mirar.
Juan Edgar
Para mis dos mentes de espejo.
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